Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

05 febrero 2017

Una de maestras

Me contaba una amiga, palentina y en el exilio, que estaba conociendo a una compañera nueva de trabajo y, lógicamente, surgió la pregunta de:
- ¿Y tú de dónde eres?
- ¿Yo? De Palencia.
Hasta ahí todo normal de no ser por la siguiente pregunta:
- ¿Y Palencia dónde está?
La conversación pasa de ser normal a abominable si, al contextualizar el diálogo, puntualizamos que las dos interlocutoras son Maestras en Educación Infantil. Maestra, Educación, Derecho Básico, Pilar de un País, Estado o Nación.
Claro que, por edad, los niños a cargo de esa Maestra no tendrán la necesidad de preguntarle dónde está Palencia. Esos mismos niños, con 20 años más, también podrán triunfar en la vida o, mejor dicho, ganar mucho dinero, pasando por Gran Hermano, por algún Talk-Show, por concursar en algún programa excepto en Saber y Ganar, o sabiendo exhibirse en cualquier plataforma popular de internet. Para eso, no hace falta ya no saber dónde está Palencia, sino escribir o comprender una simple lectura. Pero si la pregunta es '¿se puede ser Maestro sin saber situar a Palencia en España?', respondería que 'no'.
En mi memoria, el trabajo impecable de mi profesora de 5º de EGB, Pilar Lobera, que nos iba haciendo aprendernos las provincias por Comunidades y nos iba preguntando, entre otras muchas cosas, a lo largo del curso. Quien no sabía la respuesta, la copiaba diez veces. Quizás, por ese fallo, jamás olvidaré que Albacete está en Castilla La Mancha. Y que me perdonen dos albaceteños de pro: María José Navarro y Pedro Sáinz de Baranda, compañeros de Cope.
Entiendo que los becarios más jóvenes que llegan a deportes no tengan muy claro quién es Fermín Cacho, el gol de Mijatovic no les diga nada (por muy del Madrid que sean) o sepan algo de Induráin 'de oídas'. Pero España se aprende en los Colegios, en la Educación General Básica. La ESO retuvo a la gente dos años más en los institutos, pero no impidió que los que no estaban por la labor, acabaran buscándose la vida de otra manera. Y, ahora, aunque la gente tenga carreras, sabe menos. Quizás porque las dudas las resuelve Google, no hace falta memorizar demasiado, ni tan siquiera saber demasiado. Fiamos nuestro cerebro a internet. Y cuando pasa algo, protestamos en Twitter. Yo también protesto en Twitter, el blog está sobrevalorado. Pero sé situar las 52 provincias de España en su sitio y sé a qué Comunidad Autónoma pertenecen. Cultura mínima, que dicen.

1 comentarios:

A las 22/10/17 16:30 , Anonymous Miguel Ángel ha dicho...

Una gran entrada y bonita reivindicación de los buenos maestros (y maestras) en su laborioso pero a la vez increíblemente provechoso ejercicio docente de transmitir conocimientos a las nuevas generaciones para contribuir a su desarrollo formativo insuflándoles un mínimo de cultura general que hoy algunos, tan ebrios de posmodernidad (de la 'sociedad gaseosa', como dice Alberto Royo) parecen olvidar, como si las saludables prácticas de enseñanza de nuestros tiempos jóvenes ya no fueran válidas. Y que así luego no nos adjudiquen algunos el gentilicio horrísono de 'palencianos' o que no sepan localizar nuestra tierra en el mapa. La innovación educativa y las nuevas tecnologías son útiles herramientas que pueden ayudar, pero siempre que sean vistas como un medio y no como un fin en sí mismo, pues convendría, creo humildemente, no perder de vista el fondo, el contenido, los conocimientos gracias a los cuales también se vuelve más sólido y consistente el sentido crítico. Es una pena que haya docentes de escasa formación (y a veces, casi peor, sin vocación) y otros que quizá, con valía pero por adversas circunstancias, se hayan visto relegados, por eso siempre es agradable tributar merecido homenaje a aquellos buenos profesores que tuvimos en nuestro trayecto vital y que nos nutrieron de un bagaje cultural maravilloso con un trabajo impecable como el que revela tu experiencia con tu profesora de quinto. Gran reflexión, 'paisano', de la que me hice eco en mi blog.

Un saludo

 

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